
Encuadrado en una antigua zona de almacenes y fábricas, ahora llena de lofts de diseño, apartamentos caros, galerías de arte y restaurantes, está en una de las zonas más elitistas de la ciudad.



La planta principal de la vivienda, amplia y diáfana, destaca una cocina funcional, diseñada como un espacio abierto.

Un ascensor privado, de estilo retro, industrial, con paredes de cristal, y una escalera conectan las tres plantas, que se van estrechando conforme se asciende.

Los cuartos de baño de aspecto industrial, alargados y en bajocubierta.La monocromía de blancos que impera en toda la vivienda contrasta con los suelos oscuros y las líneas negras de los grandes relojes de aguja que marcan la fachada del edificio. En definitiva un ático de ensueño en el centro de la ciudad que nunca duerme.

Fotos: Ángel Franco/The New York Times.
Fuentes: www.decoluxe.com .
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